“¡Qué bello es vivir! Y más en el hogar, espacio protegido”
El mito de Ícaro es uno de los mitos clásicos más breves y, a la vez, más complejos. El mito cuenta que con la intensión de huir, Dédalo fabricó unas alas para él y su hijo. Las adhirió con cera a los hombros de Ícaro y luego en los suyos e iniciaron el vuelo que los llevaría a la libertad. El padre había advertido a su joven e imprudente hijo que no volara demasiado alto, ni demasiado bajo. No obstante las advertencias de su padre, el hijo se acercó demasiado al sol, y el calor que había, derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que las perdió. El desdichado y temerario joven acabó precipitándose en el mar, donde murió. Haga del hogar de sus padres un espacio protegido a través de la asistencia domiciliaria.
Antes falta el hijo al padre que el agua al aire. Denota que tras el viento es segura la lluvia.
El relato del mito es corto, pero una interpretación sugiere, que los jóvenes que no controlan sus impulsos se estrellan de inmediato. Es el símbolo de la rebeldía de los jóvenes respecto a sus padres. Si bien, Ícaro es el símbolo de la temeridad juvenil castigada; el orgullo y la terquedad han sido, y es una práctica que se da en todos los seres humanos.
Cambia tu manera de pensar, y cambiará tu manera de hablar, de decidir, y de vivir"
Todos conocemos dentro de nuestra familia, nuestros amigos, nuestros vecinos, a personas mayores con conductas normalmente tercas, en las que no están dispuestos a aceptar otra forma distinta a la que él mismo estableció con el transcurrir de los años vividos.
No se trata sólo de vivir más, sino de vivir mejor
Darnos una vuelta por la casa de nuestros padres para detectar peligros y minimizar riesgos, y hacer de ella, un lugar cómodo, seguro, pero a la vez acogedor, tiene que ser el objetivo de los hijos cuando observamos a nuestros padres moverse con dificultad. Sin embargo, muy pocas veces nos preocupamos por garantizar que la casa de nuestros padres sea un lugar seguro.
¿Es segura la casa de sus padres?
Sé que no se le puede ocurrir un lugar más seguro para ellos que el hogar, pero sea cual sea el caso, nuestro deber es responsabilizarnos de su seguridad, y nuestra experiencia en Domukea nos dice que, si presta atención, siempre hay algún punto mejorable para evitarles un susto y un buen disgusto.
Debemos, poco a poco, tratar de eliminarlas
Prácticamente, la mitad de nuestros clientes son personas mayores que nos llaman para realizar mejoras o reparaciones para facilitarles la vida en sus propias casas. ¡Créanme!, donde ve un gesto sencillo, ellos encuentran un movimiento complicado y peligroso.
Ahora nos toca devolverles el favor y mirar por su integridad física.
Así que ya sabe. Si estos días tiene algo más de tiempo libre, eche un vistazo en casa de sus padres. Han cuidado toda la vida de nosotros y han representado la seguridad desde que apenas levantábamos unos palmos del suelo. Ahora nos toca devolverles el favor y mirar por su integridad física. Se lo debemos.