¿Le preocupa algo últimamente? ¿No consigue entenderse con sus padres? ¿Sufre ansiedad?
En el momento que, un hijo o una hija no obtiene los resultados deseados cuando intenta ayudar a sus padres suele generar un cúmulo de preocupaciones e inquietudes que puede acabar deteriorando las relaciones familiares. Este malestar, fruto de los trastornos provocados por la ansiedad, puede acabar extendiéndose también, a las relaciones laborales o sociales.
Muchos mayores admiten que sienten un estigma asociado con el hecho de necesitar ayuda, pues creen que esto es un signo de debilidad.
Aunque su ayuda puede ser necesaria, por lo menos desde su punto de vista, suele resultar muy difícil que las personas mayores lo acaben aceptando. La falta de asimilación ante la pérdida de independencia provoca situaciones dolorosas. Menosprecios constantes, respuestas impertinentes, o cambios de opinión son reacciones habituales de nuestros ancianos cuando tratan de redirigir la atención a otros ámbitos.
Es en este momento cuando el apoyo familiar conjunto resulta importante, incluso indispensable para afrontar estos signos reaccionarios tan humanos. Mostrar una actitud unánime, que no albergue fisuras por parte de todos los miembros de la familia suele ser un buen método para dar a entender a los seres queridos que los intentos de ayuda por parte de cualquier familiar deben juzgarse como muestras evidentes de cariño.
Cada trastorno de ansiedad tiene diferentes síntomas, pero todos los síntomas se agrupan alrededor de un temor o pavor irracional excesivo.
La familia debe poner mucha atención a este problema, tratando de apoyar al miembro de la familia que ha tomado la iniciativa como responsable, no único, de cara a ayudar a sus padres. Si bien, siempre encontramos un miembro más partícipe, el resto de la familia no debe olvidar que tarea comprende a todos y que las críticas constructivas nunca deben producirse delante de sus mayores.
Al menor síntoma de agotamiento, irritabilidad, cansancio, síntomas propios de la ansiedad, el miembro de la familia que lleve las riendas debe ser sustituido por otro familiar, entregando el testigo de la responsabilidad.
Mucha gente reúsa a aceptar su ansiedad y que tienen un problema, para después quedar encerrados en esto
Es entonces cuando cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿quién debe recoger el testigo? ¿Cuánto tiempo podrá soportar dicha función?