Se debe mantener un equilibrio entre tus propias necesidades y las obligaciones del cuidador
Lleva tres años cuidando a su madre enferma. Al cabo de todo este tiempo, su vida ha quedado reducida a desempeñar el papel de enfermera. Siente que he llegado al límite de su resistencia. ¡No puede más! ¿Entra todo en las obligaciones del cuidador?
Si no pides ayuda, es probable que no la consigas
La situación de tener a cargo una persona dependiente supone más que cuidarla físicamente, se añade comprenderla, decidir por ella, interpretar sus cambios de carácter, y evitarle riesgos. Además, y no menos importante, el cuidado influye en nuestra vida diaria, produciendo sentimientos de aislamiento y soledad provocados por una disminución en el número de actividades sociales y de ocio. Todo esto hace, que el cuidado no sea una tarea fácil.
Un tiempo para cuidar, un tiempo para cuidarse
No todos los cuidadores afrontan el reto de la dependencia de la misma manera, ni supone a todos el mismo esfuerzo, pero es cierto que con el tiempo se produce en mayor o menor medida un “desgaste físico y emocional” que repercute en el estado de salud del cuidador.
No hagas por tu familiar nada que éste pueda hacer por sí mismo
Los cuidadores que cuidan de sí mismos ponen límites a la cantidad de ayuda que prestan. El límite se establece cuando se dan cuenta que están asumiendo una carga superior a la necesaria, limitando la posibilidad de que nuestro familiar se sienta útil al colaborar en su propio cuidado, o simplemente, que es posible compartir con otros.
Hay que saber decir no a las demandas excesivas del enfermo dependiente, sin sentirse culpable por ello (asertividad).
Algunas personas, al tener que soportar los sufrimientos de una enfermedad, exigen más ayuda de la que necesitan, mientras que otras dirigen la frustración derivada de sus problemas a quien está más cerca de ellos: el cuidador. Por eso se hace ineludible, cuando la persona que está siendo cuidada, demanda más cuidados y atención de los necesarios, el mantener una conducta asertiva.
Hay tareas que él puede hacer solo. Es mejor no ayudarle
La manera más eficaz es decir no de una forma adecuada, de manera que no haga sentirse mal a la persona que lo dice ni se ofenda a la otra persona. Si la persona cuidada, demanda más ayuda de la necesaria continuamente, y se siente molesta y frustrada con la persona a quien cuidan, pero sin comprender las razones por las que se sienten así puede que haya llegado el momento de conseguir ayuda domiciliaria.
Agencia de servicio doméstico especializada en selección de personal
Domukea, empresa de ayuda domiciliaria inscrita formalmente en el Registro Foral de Servicios Sociales del Territorio Histórico de Bizkaia, proporciona los instrumentos necesarios para asegurar la permanencia del mayor en el hogar el mayor tiempo posible y en las mejores condiciones. La ayuda a domicilio se extiende a quienes hayan solicitado la valoración de situación de dependencia y cumplan las condiciones previstas.