¿Muestran sus padres rechazo al servicio de asistencia domiciliaria cuando la necesitan?
Atender las necesidades de nuestros padres no siempre resulta sencillo y a menudo exige negociar con ellos la intensidad del servicio de asistencia domiciliaria.
Además de las cuestiones prácticas, deben lidiar con el dolor que provoca ver a sus padres en estados altamente vulnerables
Llega un momento en la vida, en que nuestros padres quedan imposibilitados de realizar las tareas más esenciales del hogar, pero también, y aún más importante, de poder cuidarse de sí mismos. Llevarlos al médico, organizar la ambulancia que ha de llevarles a realizar las pruebas hospitalarias, hacerles la compra, realizarles todo tipo de recados..., obliga a los hijos a readaptar sus vidas.
Cuesta aceptar, que en lugar de ser fuente de apoyo, ahora son ellos los que necesitan ayuda.
¿Por qué no entiende? ¿Por qué no agradece mi apoyo? ¿Por qué no quiere que nadie más que yo, acuda a su casa? Son muchas las interrogantes que los hijos se cuestionan al enfrentarse a una tenaz resistencia a recibir asistencia domiciliaria por parte de los padres.
Paciencia, paciencia y más paciencia, y cuando se termina… más paciencia
La cuestión es que la readaptación temporal de nuestras vidas, no es una opción consistente en el tiempo. Por lo que tarde o temprano, nos veremos obligados a negociar con nuestros padres a que acepten, en alguna medida, un servicio de asistencia domiciliaria por horas que consiga aliviar las intensas jornadas semanales.
Cariño, no hay nada que el cariño no pueda conseguir
Entendamos que, para los padres suele resultar complicada la aceptación de que la juventud hace tiempo que ha pasado y que los años no hacen, sino pesar. Este factor fundamental se une al esfuerzo que exige la presencia de un “extraño” en su casa y su consiguiente adaptación.
Empresa especializada en asistencia domiciliaria por horas en Bilbao
Ocurre con más frecuencia que la se llega a pensar, de hijos que acuden a nuestras oficinas de Domukea y que nos solicitan que interfiramos en la obstinación de sus padres, e intentemos alcanzar un acuerdo que satisfaga a ambas partes, negociando un servicio mínimo de asistencia domiciliaria.
No lo dude, si sus fuerzas empiezan a flaquear, pero cree que, tanto sus padres, como usted, necesitan de un respiro familiar que alivie la carga de ambas partes, la opción es Domukea. Pero recuerde, en toda negociación se debe tener paciencia, paciencia, y con los padres, no hay nada que el cariño no pueda conseguir.