¿La depresión en la que está sumida su madre, la muestra siempre disconforme y sin ganas de limpiar la casa? ¿Ha pensado en un servicio de asistencia domiciliaria?
Hace ya treinta años que empezaron los dolores en la espalda. En un principio, no se le dio mayor importancia, pero fueron pasando los meses y el dolor lumbar no solo no remitía, sino que aumentaba progresivamente extendiéndose por otras zonas del cuerpo. El dolor ante una posible lumbalgia fue derivando hasta convertirse en una fibromialgia crónica. ¿Ha pensado alguna vez en la asistencia domiciliaria?
Los dolores no son óbice para querer tener la casa limpia e impoluta
Si bien, los dolores le impiden desarrollar una vida normal, su sensibilidad hacia la limpieza siempre la ha manifestado con todas las asistentas que ha contratado en el pasado. Tal vez, fuese la impotencia de ver cómo las empleadas del hogar realizaban las tareas del hogar, mientras mamá, postrada en el sofá y llena de dolores, mandaba hacer aquello y lo otro, pero siempre disgustada por la escasa diligencia mostrada por el servicio doméstico contratado.
¿Cuál era el problema? ¿No hacerlo ella misma, o que no se hiciese a su manera?
Los disgustos con las empleadas del hogar eran continuos, y uno no sabía exactamente cuál era su origen. Puede que las formas en que recibían las ordenes no fuesen las apropiadas. A menudo, arrojaba su ira dolorosa hacia las asistentas, sin comprender que nadie tenía la culpa de sus dolores musculares crónicos, y menos ellas.
El dolor continuo acaba provocando depresiones al sentirse uno incapaz de nada
En otras ocasiones, no era tanto el dolor, sino la impotencia de ver hacer a otros lo que uno no podía. ¡Qué difícil es mandar desde la impotencia! Las continuas correcciones provocaban malestar y tensión en la vivienda. Muchas abandonaban repentinamente su puesto al sentirse agobiadas bajo la atenta mirada de su madre.
Empresa especializada en asistencia a domicilio por horas en Bilbao
Los continuos abandonos de las empleadas provocaban en mamá, un estado de mayor depresión ante el fracaso. ¡Y a volver a empezar! Ahora pensamos que lo que necesita mamá no es tanto contratar personal a su cargo, sino contratar un servicio de asistencia domiciliaria a través de una empresa y que mande su personal experto en plantilla. La idea es que cuando mamá queme nuevamente a la empleada, se avise a la empresa para que manden otra persona en su sustitución. Fácil y sencillo, pero, ¿servirá de algo? ¡Tal vez! Pruebe a ver si funciona.