¿Qué hacer cuando el cuerpo no responde y condiciona la vida de las personas? Contratar una asistencia a domicilio
Cuando éramos jóvenes, y veíamos como la maquina humana obedecía perfectamente cada uno de nuestros pensamientos y sentimientos, estábamos lejos de cuestionarnos la razón de su sincronía. Simplemente, el cuerpo humano es maquina maravillosa que ejecuta con armonía cada una de las órdenes transmitidas por el cerebro. Pero, ¿qué ocurre cuando el cuerpo no responde a las órdenes que son enviadas por la mente? Que, probablemente, necesitemos una asistencia a domicilio.
Poco a poco se va tomando conciencia del proceso de envejecimiento
A medida que envejecemos podemos observar cómo las respuestas del sistema motriz van siendo más lentas, del mismo modo que se van perdiendo los reflejos. No solo debemos enfrentarnos a los numerosos cambios que afectan al sistema corporal, también nos van dejando las personas con las cuales manteníamos relaciones de apego fuerte y eran para nosotros personas significativas
Nos preguntamos si nuestro hogar está preparado para poder llevar una vida en la que vamos a necesitar suplir ciertas habilidades o capacidades funcionales que vamos a ir perdiendo
Alcanzado un día, como dijo Gustavo Adolfo Bécquer en sus rimas, “este armazón de huesos y pellejo de pasear una cabeza loca se halla cansado al fin”, y es entonces, cuando la perfecta sincronía empieza a fallar. Quiero hacer cosas, pero por alguna razón que desconozco, mi cuerpo está limitado a hacer lo que en verdad deseo.
Está claro que no siempre querer es poder, pero ¿qué ocurre en mi interior?
¡Qué aterrante resulta vivir con esa sensación! Puede que las personas no acepten la nueva situación, pero es innegable, que finalmente acaban resignándose frente a la evidencia. “Necesito que alguien me apoye en casa, yo ya no puedo sola”.
Domukea, empresa autorizada y acreditada en el Registro Foral de Servicios Sociales para ofrecer asistencia domiciliaria.
En Domukea hemos compartido con familias, la angustia que supone cuando un familiar mayor no acepta que la edad va imponiendo limitaciones físicas. Cuando el familiar ofrece una tenaz resistencia a adaptarse al nuevo contexto y rechaza cualquier asistencia a domicilio, aunque sabe, en su fuero interno que lo necesita. Difícil, pero hay que intentarlo.