La paciencia, una habilidad clave en el cuidado de personas mayores
Alguien dijo que la paciencia es el valor o cualidad que nos permite sembrar, regar las plantas, cuidarlas y esperar sus frutos para luego disfrutarlos. Los que la asimilen y la tengan, conseguirán afrontar las dificultades conservando la calma y el equilibrio interior. Sin ningún género de dudas, es necesario tener mucha paciencia en el cuidado de personas mayores y tratar de hacerles la vida más cómoda.
Es importante, para que el cuidador desarrolle bien su trabajo durante largo tiempo, que tenga mucha paciencia
La paciencia es la habilidad más demandada y repetida, tanto por las cuidadoras como por las familias. Resulta tan importante esta destreza, que en los cursos o terapias de autoayuda suelen ponerse de manifiesto los sentimientos de culpa generados al perder la paciencia y vociferar a su familiar o tratarles de manera incorrecta.
El cuidador profesional debe saber cómo hacer frente a las tensiones que esto conlleva
Los cuidadores saben que su trabajo no es fácil, por lo que deben encontrar tiempo para recargar las baterías emocionales, preocupándose por relajarse para hacer su trabajo más llevadero; como si el cuidado de uno mismo formara parte esencial del trabajo. Por consiguiente, los cuidadores deben ejercitar esta habilidad para aprender a ser más pacientes y tranquilizadores en los momentos más críticos.
Cuidar a las personas mayores requiere paciencia y comprensión
El cuidador sabe que debe disfrutar de los tiempos de inactividad, tratando de ordenar las ideas, relajándose y tomando fuerzas para tratar de afrontar el siguiente envite. A veces, este tiempo muerto es mal interpretado por las familias, que no entienden que este el momento para recargar baterías y que sin él, uno acabaría derrumbándose por el estrés.
Dejar ir las preocupaciones y disfrutar de cada momento por pequeño que sea el logro o el avance.
Una vez escuché que antes de hablar sin pensar debemos contar hasta diez o respirar profundamente de tres a cinco veces antes de responde en un momento crítico. Esto permite dejar escapar la impaciencia y los nervios acumulados cuando sintamos que podemos perder el control.
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Cada día tenemos cosas nuevas que emprender, aprender y hacer. En las tareas diarias debemos poner nuestro mayor empeño, aunque creamos que será difícil terminar. La paciencia se puede lograr ejercitándola y realizando ejercicios para aprender a ser más pacientes y tranquilizarnos en los momentos más críticos.