Ayudamos a cada persona y familia a superar un ictus
“Estaba cocinando tranquilamente cuando empecé a notar cierto hormigueo en el brazo. Me senté asustada en el sofá sintiendo como se me dormía el brazo derecho. Intenté hablar pero no podía. Pasé un rato horrible”. ¿Cómo superar un ictus?
Recibir asistencia sanitaria en las 4,5 horas posteriores a un ictus reduce la mortalidad entre un 25% y un 30%.
Pérdida de fuerza en la cara, brazos o pierna de un lado del cuerpo. Sensación de hormigueo en la cara o extremidades, problemas para ver con un ojo o con ambos, son entre otros, síntomas con los que se manifiesta el ictus.
Si estos síntomas aparecen, debemos avisar de inmediato a la ambulancia, aunque los síntomas hayan desaparecido. Recibir asistencia sanitaria en las 4,5 horas posteriores a un ictus reduce la mortalidad entre un 25% y un 30%. El ictus puede dejar secuelas de distinta gravedad.
Un 30% de los pacientes no padece ninguna secuela, un 30% sufre pequeñas consecuencia y el 30% restante padece unas secuelas graves y muy incapacitantes”
Las secuelas que puede dejar un ictus son: una discapacidad que afecte al movimiento; pérdida de fuerza (se denomina plejia) o parálisis si no se puede realizar ningún movimiento con la parte del cuerpo afectada, o paresia si es posible realizar movimientos pero con menos fuerza que la parte no afectada), falta de coordinación o pérdida de control de movimiento. Es frecuente que se produzcan trastornos visuales con pérdidas de visión de la mitad del campo visual (hemianopsia), trastornos del habla, cognitivos, etc...
Las personas que han sufrido un ictus son más propensas a sufrir caídas, por lo que es importante identificar y adaptar en la medida de lo posible aquellos aspectos del hogar que puedan suponer un mayor riesgo de caídas como retirar alfombras, poner sillas de plástico en bañera o ducha, además de asideros y utilizar zapatos con suela antideslizante.
“Te cambia la vida, hay personas que tienen que estar 24 horas en casa cuidando de su pariente”.
Es una enfermedad que afecta mucho a los que la sufren, pero a sus familiares también. “ El estrés que sufren las familias y especialmente el cuidador principal se debe a varios factores. Por un lado, se debe a la dependencia del enfermo y a los cuidados que se deben proporcionar a consecuencia de dicha dependencia. Por otro, factores relacionados con el cambio en el estado de ánimo, conducta o alteraciones cognitivas del enfermo y por factores en relación con los cambios que se producen a nivel sociofamiliar (cambios en relaciones familiares, situación económica, actividades de ocio).
Existen momentos en que las familias se encuentran desbordadas ante las vicisitudes que depara la vida. Situaciones para las que nadie está preparado y en las que son necesarias la intervención de cuidadores externos dentro de un programa de respiro familiar. Sin necesita atención para el cuidado de un familiar, pida ayuda sin esperar a que la gente se la ofrezca. Quizás los demás no saben cuándo la necesita.