Ayudamos a las familias a superar un ictus
Superar un ictus, es adaptarse a una nueva situación donde el afectado y sus familiares deben asumir que se encuentran ante una nueva realidad. El ictus, infarto cerebral, derrame cerebral… todos esos nombres tienen una relación, es un problema de circulación de las venas que se encuentran en el cerebro.
Nunca te arrepentirás de haberte cuidado, pero seguro que te arrepientes si no lo haces.
Es habitual que, como en cualquier enfermedad importante, se produzcan una serie de fases o escalones que los familiares y personas cercanas deben superar. Aunque nadie asume los cambios de la misma forma, estas etapas se producen en casi todos los casos y debe ser superadas para llegar a estar en condiciones de ayudar al afectado por el ictus cerebral, o derrame cerebral,
Por muy leve que sea, la vida del afectado y de su familia cambia. Los primeros días son fundamentales. Hay que descansar, comer bien e intentar estar sereno y tranquilo. Las prisas y agobios no aportan nada más que un posible trastorno de salud para el familiar y hay que estar fuerte para ayudar.
Tu vida cambia y la de todo el entorno
El siguiente paso, cuando el desgaste haciendo mella en el espíritu es fundamental realizar turnos. Aquí es donde se ve lo unida que está la familia y si de verdad la gente apoya. En un caso tan duro como esta enfermedad, lo importante es el contacto humano, que se sientan apoyadas y queridas.
Si todo se complica es probable que la persona querida no sea capaz de desenvolverse en la vida diaria. En este caso el enfermo y sus familiares no pueden pensar en la realidad, estando paralizados por el miedo a no poder asumir la situación: cómo va a ser la vida a partir.
Los familiares no suelen tener capacidad de entender la situación por la que pasan.
Reconocer la nueva situación y asumirla es la última fase del proceso y al mismo tiempo el inicio de la nueva vida al lado del ictus cerebral, prestar ayuda y dejarse ayudar es el mejor camino para alcanzar esta meta.
Una vez superada la fase de reconocimiento del problema estamos en disposición de poder ayudar a nuestro familiar en plenas condiciones y siendo tal y como éramos antes pero con una nueva situación. Si no puede que se vean obligados a contratar un servicio de ayuda a domicilio, o bien contratar una persona como asistenta.