Sentirse solo, no es necesariamente estar o vivir solo. Entendamos el sentimiento de soledad
Observar por las calles a los abuelos charlando plácidamente sobre las vicisitudes de la vida a la sombra de las alamedas nos hace recordar que los seres humanos fuimos creados como seres sociales, por ello necesitamos los unos de los otros para desarrollarnos como personas. Por eso, el sentimiento de soledad es algo que debemos combatir.
Los sentimientos de soledad contribuyen de manera independiente en el riesgo de demencia en la vejez.
El contacto social es un aspecto fundamental de la existencia humana. La evidencia científica es que estar socialmente aislado probablemente sea malo para la salud, y podría conducir al desarrollo de enfermedades graves y una menor esperanza de vida. Precisamente por ello es que cuando las personas se sienten solas les resulta particularmente difícil encarar su vida.
Debemos distinguir entre, el aislamiento social que indica una falta de contacto con amigos, parientes y organizaciones, y la soledad que es una experiencia subjetiva de la falta de compañía y contacto social. La soledad es un sentimiento de vacío que suele ir acompañado de tristeza, desánimo, aislamiento, y un deseo intenso de ser amado y necesitado por alguien. Por lo tanto, es importante diferenciar la soledad, de estar solo.
Estar solo es apartarse voluntariamente de las personas.
El verse obligado a permanecer solo induce al sentimiento penoso, exhaustivo y desagradable de soledad, mientras que estar solo puede resultar refrescante, rejuvenecedor y agradable. Si bien, las personas que desean estar solas pueden ejercer dicha posibilidad, la soledad nos envuelve y persiste a pesar de nuestros mejores esfuerzos para expulsarla.
Los estudios referentes a la soledad indican el hecho de que “sentirse solo” en lugar de “estar solo” se asoció con la aparición de demencia, lo que sugiere que no es la situación objetiva, sino más bien, la percepción de ausencia de lazos sociales que aumentan el riesgo de declive cognitivo. Así mismo, los investigadores alertan de que la soledad, también podría ser en sí misma un signo de demencia emergente pudiendo afectar a la cognición y la memoria.
Sentirse solo, está vinculado a un mayor riesgo de desarrollar demencia en la vejez
A fin de evitar la soledad de sus predecesores, muchas familias optan por la búsqueda de compañía involucrando al afectado en actividades que permitan superar esa sensación subjetiva. Se trata de invertir la sensación negativa por otra positiva donde la persona mayor consiga apreciar aquello que es bueno y adquiera un buen sentido del humor.
A todos nos gusta que nuestros seres queridos estén bien atendidos por lo que cualquier ayuda es poca para las personas que nos han ayudado a crecer. En Domukea le ofrecemos la confianza que necesita para que pueda sentirse estar tranquila cuando no esté con ellos.