Los abuelos que tienen que trasladarse a vivir con sus hijos pierden su identidad y su autoridad. Cuidado de ancianos en Bilbao
En anteriores ocasiones hemos hablado de la angustia que sufre un anciano ante los cambios que experimenta, tales como el deterioro de la salud o la mudanza a la casa de sus hijos. Angustia provocada por el reconocimiento interno de sus nuevos límites y aflicción cuando se propone el abandono de su hogar de toda la vida. Con un servicio de cuidado de ancianos, quizás podamos hacer que siga viviendo en su hogar aunque no pueda valerse por sí mismo.
La mayoría de las personas mayores prefieren vivir de forma independiente en vez de vivir con sus hijos.
Normalmente no dimensionamos adecuadamente las consecuencias de traer una persona mayor al hogar. La convivencia requiere dedicación y trabajo extra, sin olvidar el desgaste de energía al tener que ocuparse de su comida, aseo, etc. Resuelto este tema y a pesar de los inevitables conflictos, convivir con un anciano puede convertirse en una experiencia a todas luces enriquecedora al ayudarnos a descubrir cualidades o aptitudes que no conocíamos.
Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los abuelos que tiene que trasladarse a vivir con sus hijos es la pérdida de identidad y autoridad. Indudablemente, ya no son ellos los que ponen las normas sino sus hijos. Si bien su capacidad de adaptación es asombrosa gracias a su experiencia, debemos conocer algunos consejos prácticos que faciliten dicha convivencia.
Los ancianos deben gozar de cierta independencia.
- Intimidad: como cualquiera de nosotros, las personas mayores tienen pudor, por lo que debemos respetar su intimidad.
- Pertenencia: debemos hacerlo participe e involucrarlo en los asuntos de la vida familiar. El ostracismo involuntario puede interpretarse como una forma de violencia o maltrato.
- Cultura: el respeto hacia sus costumbres personales debe prevalecer como un símbolo de su identidad.
- Participación: promover responsabilidades diarias, asunción de trabajos que pueda realizar. Se trata de hacerle sentir que existe algo que aún puede hacer.
No es solamente un estar con los otros sino un ser con los otros.
- Escuchar: las historias o experiencias vividas por las personas mayores ayudan a mantener la tradición y cultura. Aprovéchala.
- No sobreprotegerlos: debe promover su autonomía, así conseguiremos evitar su auto invalidez.
Vivir con un anciano puede ser difícil en determinados momentos, pero también es fuente de satisfacciones para todos los miembros de la familia. Además, debemos pensar que compartir la vida con sus hijos y nietos les hace sentirse útiles y para los más pequeños de la casa los abuelos son insustituibles, ya que son transmisores de experiencias que de otro modo nunca llegarían a conocer.