Consejos para el cuidador en el cuidado de ancianos ¿Está observando cambios en sus hábitos alimentarios? ¿Tiene problemas para dormir?
El fenómeno del envejecimiento de la población y el incremento de la dependencia entre las personas mayores debido a la cada vez mayor esperanza de vida, está generando un vertiginoso auge del cuidado de ancianos.
Este hecho viene acompañado de una creciente, aunque aun en día insuficiente, atención a la dependencia.
Solicite ayuda de sus familiares
Dentro de los recursos y ayudas destinadas a la dependencia, comienzan a tomar fuerza las destinadas a las personas que se ocupan del cuidado de su familiar dependiente. Esto es así, puesto que la familia sigue siendo el principal sustento del cuidado de las personas mayores dependientes, y el entorno en el que la mayoría de las personas desean envejecer.
Índice del esfuerzo del cuidador
- Tiene trastornos del sueño (por ejemplo, porque el enfermo se levanta o se acuesta por la noche).
- El cuidado de su paciente es poco práctico (porque la ayuda le consume mucho tiempo y tarda en proporcionarse).
- Esta situación le representa un esfuerzo físico (por ejemplo, porque hay que sentarlo y levantarlo de la silla).
- Le supone una restricción a su vida anterior (por ejemplo, por que ayudar le limita el tiempo libre y no puede hacer visitas).
- Ha habido modificaciones en su familia (por ejemplo, la ayuda ha roto la rutina o no hay intimidad).
- Ha habido cambios en los planes personales (por ejemplo, tuvo que rechazar un trabajo o no pudo ir de vacaciones).
- Ha habido otras exigencias de tiempo (por parte de otros miembros de la familia).
- Ha habido cambios emocionales (por ejemplo, por discusiones).
- Algunos comportamientos del paciente le resultan molestos (por ejemplo, incontinencia, acusa de que le quitan cosas).
- Le duele darse cuenta de lo mucho que ha cambiado el enfermo comparado a cómo era antes.
- Ha habido modificaciones en su trabajo.
- El enfermo es una carga económica.
- La situación se ha desbordado totalmente.
Por otro lado, estudios recientes indican que la ayuda que prestan los y las familiares dependientes es de gran intensidad, tanto por el tipo de tareas como por el número de horas diarias dedicadas al cuidado y por la prolongación en el tiempo. Esto hace que el 85% de las personas cuidadoras sientan que la ayuda que prestan a su familiar dependiente influye negativamente en su vida afectando en sus relaciones familiares, amistades, a nivel laboral, económico, en su salud y su ocio.
Solicite ayuda de sus profesionales
A esto se añade que las personas pertenecientes a este colectivo es más vulnerable a enfermar y a sufrir malestar emocional, con altos niveles de ansiedad, depresión y sobrecarga, que otras personas de la misma edad pero que no son cuidadoras o cuidadores.
Ante esta situación, las medidas más adecuadas a adoptar es poner en marcha procesos de autocuidado, comenzando por la expresión de sentimientos negativos, y visualización del “síndrome del cuidador/a” en sí mismo o misma y en otras personas que viven su misma situación de sobrecarga.
Solicite ayuda de amigos y voluntarios.
Fíjese metas realistas, usted existe y él le necesita para algo más que para hacer cosas. Comparta las obligaciones, delegue responsabilidades y emplee tiempo en estar y acompañar a su familiar.