Se reparten tareas, pero sobre todo se sienten acompañados. ¿Por qué no compartir piso?
Si piensa que compartir piso es solo cosa de jóvenes, está claramente equivocado. Cierto es que, quien tradicionalmente empleaba está formula eran los estudiantes, fundamentalmente por el ahorro sustancial de dinero que se produce.
Se hacen compañía mutuamente, y se apoyan en las necesidades que vayan surgiendo
El deseo de emancipación parental y de independencia económica obliga a los jóvenes estudiantes a buscar fórmulas que traten de reducir en la medida de lo posible los gastos domésticos mensuales. Sin embargo, esta moda estudiantil, también ha alcanzado a otros colectivos, como son las personas mayores, que tratan de compartir gastos y combatir la soledad.
Personas mayores que se unen para ahorrar gastos y combatir la soledad
No es paradójico, sino lógico querer mantener la autonomía e independencia a pesar de que los días han apuñalado el calendario durante décadas. Compartir piso no es solo una alternativa al posible ingreso en una residencia de ancianos, sino que es nueva oportunidad para mantener un estilo de vida con personas pertenecientes a una misma generación.
Varias personas mayores comparten una misma vivienda que puede ser la de uno de ellos
Se trata por tanto, de una alternativa para personas mayores que deciden compartir sus casas con otras en la última etapa de su vida para ahorrar dinero, pero también para tener una vida lo más independiente posible y enriquecida por la compañía de otras personas. Por supuesto, para que la convivencia funcione, las personas deben vivir en armonía, llevándose todos bien con el resto de la pequeña comunidad.
Pasar días mucho más entretenidos que viviendo solos en enormes casas antiguas.
Las tareas de domésticas se reparten, haciendo las que quieren o pueden. En algunos casos, se contrata personal doméstico que es sufragado como un gasto más de mantenimiento de la vivienda. Pero no solo se gana en economía, sino que además, compartiendo espacio con otras personas, también se comparte seguridad, y todos los miembros de la pequeña comunidad acaban sintiéndose más seguros.
Así pueden combatir la inseguridad encontrando a otros que tengan los mismos problemas.
Cada vez existen más iniciativas de persona mayores que apuestan por compartir hogares o sus viviendas para combatir la soledad, la inseguridad y en economía. ¿Y por qué no intentarlo?