¿Conoces la importancia de la alimentación de los mayores en verano? ¿Sabías que la alimentación es un arma contra las altas temperaturas?
Aunque estemos terminando agosto, todavía nos quedan duros días de calor por delante, especialmente para las personas mayores. Muchas de ellas, a consecuencia de la medicación que altera su temperatura corporal, y por otras causas relacionadas con enfermedades, corren riesgos que otras personas más jóvenes y sanas no corren. Es por ello que, sobre todo en verano, se pone el foco en la tercera edad. Somos lo que comemos, por lo que la alimentación, en este contexto, se convierte en una pieza indispensable para hacer que esos riesgos disminuyan. ¿Cómo se debería cuidar la alimentación de los mayores en verano? Conoce los consejos de una empresa de asistencia domiciliaria en Bizkaia.
Mucha fibra, más agua y menos calorías: la clave para combatir el calor
Generalmente, las personas mayores deben consumir una dieta rica en fibra, vitaminas, sales minerales y agua. Evidentemente y por la sencilla digestión que éstas producen, las verduras son el alimento definitivo para el verano, ya que compensan la transpiración corporal y aseguran una diuresis normal, dado su alto poder diurético y su alto contenido en agua. Aunque no hace falta comerlo todo crudo, sino que se pueden cocinar de diversas formas y combinarlas de diferente manera, es recomendable el consumo del pepino y el pimiento sin cocinar. Las verduras las podremos cocinar al vapor o al horno, con muy poco aceite: será la forma más sabrosa dentro de las opciones más saludables. No dejemos, por supuesto, los cereales de lado, como la cebada y el maíz, pues no aportan grasas.
Una buena fuente de proteína para mayor vitalidad
Por último, es importante un alto consumo de proteínas, con el fin de mantener la fuerza y la musculatura. Como en nuestra dieta existe la costumbre de realizar comidas contundentes cuando comemos legumbres, en verano tendremos que controlar la forma en la que las cocinamos. En efecto, podemos escoger los brotes y hacernos originales ensaladas o, en caso de la legumbre cocinada, hervirla sin grasa y añadirla a las ensaladas para evitar que la temperatura corporal suba. Si en algún momento las cocinamos de forma tradicional, que sean platos vegetales y, a poder ser, no muy espesos. Por supuesto, nunca sirvamos a nuestros mayores la comida demasiado caliente. En este caso, será mejor comer templado.
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