Factores que contribuyen en los ancianos a sentir miedo al hacerse mayor
Ayer tuve la oportunidad de escuchar, como una dependienta se quejaba de como los actuales cánones de belleza influenciaban a ciertas mujeres a la hora de elegir un vestido. Comentaba, como esas mentes insatisfechas, buscan proyectar una imagen perfecta, intentando eliminar con operaciones, o disimulando en la medida de lo imposible lo que el don de la genética les ha concedido. ¿Y al hacerse mayor?
La sociedad ha impuesto unos modelos muy determinados siempre ligados a estereotipos de juventud y cierto canon de belleza.
Esta búsqueda constante de la imagen perfecta, no solo es atribuible a muchas mujeres, sino también, y cada vez más, hombres. Empaticemos, entonces, como el paso de los años puede afectar a los ancianos. Rebeldía contra los cambios físicos que acaban acercándolos a la tercera edad; con la aparición de piel flácida, con los inevitables surcos de arrugas profundas en el rostro y por supuesto, con la pérdida de reflejos y de agilidad de movimientos.
Hay que aceptar el paso del tiempo con naturalidad. Forma parte de la vida
La ansiedad o incluso angustia que aparecen ante la idea o signos relacionados con el ir haciéndose mayor, lleva a muchas personas mayores a rechazar el paso del tiempo, y vivir de manera traumática los cambios físicos que se producen con el paso de los años, sin apreciar que, en muchos aspectos, hacernos mayores nos hace mejores.
Es posible que estemos ante una fobia irracional a envejecer que los psicólogos llaman gerascofobia
Esta obsesión actual de sentirse en la necesidad de ser importantes y valorados por el entorno que nos rodea, viene sobretodo influenciada por una sociedad en la que los valores tradicionales quedan relegados por dos valores en alza; la eterna juventud y la belleza, o lo que es lo mismo, la moda de valorar lo joven y estético que llevan a pensar que ser viejo supone perder estatus.
"Los años no pasan en balde y he notado que he perdido memoria"
¿Es posible seguir creciendo y desarrollándonos cuando uno es anciano? En nuestro entorno social podemos encontrar a personas que lo llevan mejor y otras peor, incluso conocemos personas muy jóvenes que tienen una actitud muy vieja, y personas que estando en la llamada tercera edad, tienen una vida rica y llena de desafíos y proyectos.
Su padre vive sólo, pero; ¿se siente sólo?
Cuando un anciano ya no se vale por sí mismo, y acaba siendo acogido por sus hijos o llevado a una residencia, acaba desarrollándose en la mente de la persona mayor una visión que está relacionada con la de personas enfermas, con las que hay que cargar y llenas de necesidades.
Envejecer no depende exclusivamente de la edad cronológica, si no de la forma de ser, la personalidad y la actitud que tomemos con respecto al mundo que nos rodea.
En definitiva, vivimos en una sociedad que no asume el paso del tiempo y que centra gran parte de sus esfuerzos en intentar negar lo inevitable. Aunque lo cierto es, que el tiempo pone a cada uno siempre en su sitio, y la realidad evidencia que antes hacíamos cosas con naturalidad, y que hoy nos resultan imposibles de hacer sin ayuda.