¿Dónde podemos apoyarnos si un miembro de la familia sufre una enfermedad grave?
Cuando una enfermedad grave irrumpe en la vida de una familia, se puede observar distintas reacciones afectivas que incluye aspectos como, la negación, ira, tristeza o depresión. Se trata de respuestas adaptativas, tanto de la familia, como del enfermo, que ponen de manifiesto que, inevitablemente, de ahora en adelante, se van a producir cambios y una serie de desajustes en la manera de convivir.
Desajustes que pueden provocar un desequilibrio en la convivencia
Para adaptarse a la nueva situación, se debe reajustar los roles dentro de la familia, que siempre ha sido la base y sustento de la misma. Son mecanismos de autorregulación que afloran, y que tienen el firme propósito, consciente o inconsciente, para que la familia siga funcionando.
Muchas veces saben afrontarlos y otras no han estado preparados para superarlos
La necesidad de cambios domésticos, en un breve lapso de tiempo, afecta el tipo de relación interpersonal entre los miembros de la familia. Evidentemente, la familia sufre, al igual que el enfermo y las pocas expectativas que posean, generan situaciones de estrés que afectan, no solo el normal funcionamiento de la familia, sino también la evolución de la propia enfermedad.
La empatía nos ayudará a tratar al enfermo, no debemos ser condescendientes, lejos de tratar al enfermo como a un niño o como a alguien que ha perdido sus facultades
Lo cierto, es que no siempre acertamos con las palabras o acciones para acompañar a quienes sufren las consecuencias de una enfermedad grave. Por ello, resulta indispensable que un equipo multidisciplinar dirija y oriente a la familia para que las reacciones adaptativas sean lo más funcionales posibles.
Se deben redistribuir los espacios y adaptar la casa, incluso el tipo de alimentación
Por otra parte, mantener una actitud de escucha activa, decirle al paciente lo que necesita saber, la mentira a largo plazo es insostenible y en el corto es más cruel que lo que pueda ser la verdad. Aunque no olvidemos que también tenemos derecho a no saber, esto quiere decir que cada individuo decidirá lo que quiere o no conocer acerca de su enfermedad y las consecuencias de la misma.
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No todo el mundo dispone del tiempo necesario para poder atender a la persona querida, por lo que a veces es necesario recurrir a especialistas que puedan hacerlo en nuestro lugar. En Domukea, como empresa especializada en servicios de asistencia domiciliaria ofrecemos la posibilidad de apoyar a aquellas familias que necesiten un pequeño respiro.