¿Está cansada de reclamar a su padre mayor exigencia en la limpieza del hogar? Gestión de la asistencia a domicilio
Cada vez que visita a sus padres encuentra un panorama desolador. Una hermosa casa, donde antaño pasó su feliz infancia, muestra claras evidencias de dejadez y cuasi abandono. Su padre sigue teniendo la mala costumbre de fumar dentro de casa y el profundo olor a tabaco que impregna todas las estancias afecta notablemente. Los azulejos, la pintura del techo, los armarios y tiradores de la cocina, todos están teñidos de una tonalidad amarillenta. “¿Papá, cómo es posible que tengas la casa así, teniendo una empleada del hogar que te viene a limpiar a casa dos veces a la semana?” Necesita, entonces, una gestión de la asistencia a domicilio.
¿Su padre no tiene suficiente carácter para mandar a la persona que realiza la asistencia a domicilio?
Lo sabe, pero no quiere. Puede, pero no sabe. En la vida diaria utilizamos con frecuencia la palabra “voluntad”, la disposición del ser humano con la que se demuestra querer hacer algo. Si una persona sabe exactamente lo qué quiere y por qué lo quiere, entonces sólo hace falta: desarrollar la tarea, el lugar, fecha de inicio, recursos, etc..., para conseguir el sueño deseado. Sin embargo, la voluntad debe ir acompañada de una predisposición y de una constancia si queremos alcanzar el objetivo. Y por qué no; también de carácter.
¿Cómo es posible que su padre, vea el estado de la casa, y no exija a la asistenta mayor diligencia en las tareas de limpieza?
Saber mandar o tener autoridad para exigir a una asistenta del hogar que realice una determinada tarea, no es una virtud que todo el mundo posea. A veces, el miedo a molestar, el miedo a molestarse, el miedo a discutir, hace que personas de carácter afable y tranquilo, prefieran relegar “sine die” la resolución al problema y acaben resignándose a su aciago destino.
Empresa especializada en prestar servicios de asistencia a domicilio por horas en Bilbao
Cuando una familia decide contratar los servicios de gestión del servicio doméstico, no solo contrata comodidad en la búsqueda del personal doméstico, sino también contrata la intermediación en la relación laboral. Solicita que las dudas y conflictos que surjan sean atendidos por la agencia de servicios domésticos, como si de un moderador laboral se tratara. De este modo, el servicio doméstico se siente arropado al encontrar un comunicador que les atienda y resuelva sus dudas. Por otro lado, la familia acaba consiguiendo mejorar los ratios de estabilidad laboral al entender que nadie es imprescindible y que el personal seleccionado siempre deseará mantener una buena relación con la agencia para futuros trabajos.