¿Los retrasos esporádicos se están convirtiendo en habituales en su empleada de hogar?
Los menos jóvenes recordaran una canción cantada por Los Módulos que comenzaba: “siento que ya llego la hora que dentro de un momento te alejaras al fin”. En estrofas posteriores palabra fraseaba con: “es que me da igual a mi ya nada me importa todo tiene su fin... Y tal vez ocurra lo mismo cuando se trata de asuntos laborales: “todo tiene su fin”. Y es que ha llegado la hora de terminar la relación laboral con la empleada de hogar.
¿Se han dejado de hacer ciertas tareas o se realizan de forma más superficial cada vez?
En toda relación laboral existe por sistema; un comienzo y un fin. Los comienzos suelen ser gratificantes, puesto que de una parte, la empleadora permite un tiempo de adaptación, y por la otra, la empleada de hogar demuestra su destreza con diligencia y agilidad.
Los finales significan una ruptura, y en las disoluciones, en pluralidad de ocasiones suelen aparecer desavenencias. ¿Se puede retrasar la aparición de dichas desavenencias? En el mundo de la empresa se hacen seguimientos continuos realizando evaluaciones del desempeño del trabajo para contrastar como ven ambas partes la relación profesional y personal. ¿Por qué no emplear un sistema similar?
¿Existe algún problema de actitud que perdura en el tiempo?
Las cosas habladas a tiempo normalmente tienen solución si ambas partes consensuan una solución. Por lo tanto, porque no realizamos tranquilamente con la asistenta una revisión de las tareas, por lo menos un par veces al año.
Se trata de reflexionar de forma conjunta y analizar qué cambios se pueden hacer para que las tareas del hogar se realicen sin problemas. Consensuando los cambios, sin acritud, tratamos de encontrar las mejoras que permitan obtener mejores resultados con el menor esfuerzo.
¿Cuánto has gastando al mes en productos de limpieza?
Los filósofos dicen que para encontrar las respuestas adecuadas, debemos formular las preguntas correctas. ¿Sabemos, entonces qué debemos preguntar? Si ya sabe qué preguntar, puede que tenga claro qué mejoras se pueden implementar, por lo que convendría hablarlas con la empleada.
¿Existe alguna cosa que no se está haciendo como desea? Quizá ahora sea un buen momento para deshacerse de los malos y viejos hábitos adquiridos y establecer nuevas formas de realizar ciertas tareas.
¿Es necesario enseñarle a planchar algo: camisas caballero, pantalones, ropa de cama?
En caso de que no exista consenso, siempre puede optar por externalizar su limpieza a domicilio. En Domukea ofrecemos personal para hacerle la vida más agradable. Disponemos de personal propio en plantilla contratado bajo el Régimen General de la Seguridad Social.