¿Su madre ha abandonado la casa tras la muerte de su marido? ¿Ha pensando en una limpieza domiciliaria?
Es imposible sentir lo que sufre en su interior. Tal vez, la amargura que desvelan sus tristes ojos, permiten discernir, algo, su solitario sufrimiento. Paredes mudas, sofás vacíos, y recuerdos del pasado repartidos por toda la casa, son un obstáculo para liberarse y hallar la ansiada paz. Desde aquel trance, apenas sale. Su vida se limita a deambular por las solitarias estancias, sin hacer el más mínimo esfuerzo para tratar de mantener la casa en condiciones. ¿Ha pensado en una limpieza domiciliaria?
¿Su madre ha dejado de tener ganas de limpiar, cocinar, asearse…?
No es un hecho aislado, que tras las muerte de un ser querido, con quien se ha compartido y convivido años en pareja, acabe abandonándose poco a poco. La falta de estímulos, al no tener que preparar la comida a nadie. La falta de ganas, al no tener a nadie al lado, como acicate arengador. La falta de un objetivo diario facilita que muchas personas acaben sumidas en el ostracismo.
Sus ojos ven, pero no perciben la suciedad acumulada en la casa
Cuando se le dice que limpie la casa; alega que “no hace falta, ¿para qué, si vivo sola?” “¿Mamá, porque no tiras esa bata, o por lo menos, la limpias?” Es duro ver como aquellos ojos hermosos no quieren ver el deplorable estado de la casa. Y más doloroso es, ver como aquella mujer coqueta, ahora aparece totalmente desaliñada y despeinada.
¡No es que esté sucia la casa; es que no limpia nunca! ¿Para qué?: dice
A veces, el paso lo dan los hijos. Otras veces un rayo de luz ilumina la mente de nuestros padres y deciden cambiar las cosas. Lo cierto es que, a menudo nos avisan para que vayamos a poner orden en casa. Son situaciones delicadas donde, no prima la rapidez del trabajo, sino la empatía con el anciano. Mostrando en todo momento respeto por su hogar. Siendo delicado de no dañar la ya de por sí sufrida alma de la persona mayor.
Empresa de limpiezas en Bilbao que presta servicios de limpieza domiciliaria por horas
Poco a poco, paso a paso, hasta comprobar cómo el brillo de los ojos vuelve a refulgir de las cansadas pupilas. Entonces, es entonces, cuando uno se siente completamente satisfecho por su trabajo. No solo hemos logrado limpiar su casa, sino también su alma.