A veces, las empleadas del hogar son maravillosas para unas familias, pero no lo son para otras
A menudo, en momentos de desesperación, las familias optan por contratar empleadas del hogar, siguiendo las recomendaciones de un conocido o vecino. Un simple: “¡es maravillosa, te encantará!” “¡No lo dudes, estuvo con mi madre un año y medio, y estuvo muy bien atendida mientras vivió!” Basta para lanzarnos a tumba abierta para decantarnos por la solución ofrecida.
A veces, las referencias no son sinónimo de éxito
Encontrar una empleada del hogar, que encaje perfectamente a los gustos y necesidades de la familia es un reto que, desgraciadamente, muchas familias no consiguen superar. Estilos de vida, educación, cultura, capacidad económica, son unos de los muchos factores que afectan al proceso de adaptación del personal doméstico.
¿Está cansada de que le dejen de un día para otro sin avisar?
Por desgracia, no existe una varita mágica que permita adivinar si la adaptación con la persona elegida va a ser la adecuada o no, pero si es una realidad, que los conflictos suelen venir por problemas generados por ambas partes, tanto por la familia, como por la empleada del hogar.
La lejía no limpia, solo desinfecta
Al igual que a nadie se le ocurre ir al monte con zapatos de tacón, igual de importante es que la empleada del hogar disponga de los medios adecuados para que realice las labores domésticas con diligencia. Nos referimos a que tenga variedad en, productos de limpieza, bayetas, utensilios de limpieza, etc., para que pueda trabajar con eficacia.
Culturas diferentes, gustos alimenticios distintos
Cada familia tiene un estilo de vida, y este puede que no coincida con la asistenta del hogar. A menudo, nos encontramos con empleadas que trabajan fabulosamente, pero que no encuentran su sitio dentro de la familia por falta de afinidad ideológica o cultural.
¿Poco tiempo, para un volumen alto de tareas domésticas?
Algunas familias pueden llegar a ser, un poco exigentes, con la empleada de servicio. A veces, se pretende que la casa esté muy limpia, a la vez que el bebé esté bien atendido y que los niños mayores hagan las tareas…
No existen duros a peseta
Para muchas familias contratar un servicio doméstico puede acabar lastrando la economía familiar, por lo que intentan “exprimir” todo el jugo posible a su dinero sobrecargando de trabajo al empleado.
Las mentiras o las trampas, acaban deteriorando la relación y normalmente terminan en despido
La mayoría de las familias quiere una empleada del hogar que ofrezca confianza, y que la casa esté limpia a su vuelta del trabajo para poder relajarse y disfrutar del tiempo con su familia sin estar preocupados constantemente con problemas que puedan surgir con las empleadas. Pero, claro, eso también es lo que buscan la mayoría de las empleadas del hogar. ¿Entonces?
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