¿Cuidas tu vitrocerámica? ¿Prefieres que una empresa de limpieza a domicilio lo haga por ti?
La vitrocerámica es el sistema de cocción más innovador de los últimos años. Su facilidad de uso y considerable seguridad respecto a los fogones tradicionales, han llevado a innumerables familias a incorporarla en sus cocinas. Se caracteriza por tener un vidrio entre la fuente de calor y el utensilio que se va a calentar. Su limpieza es mucho más cómoda que la de los tradicionales fogones, pues no hay que desmontarla, pero al contar con un tipo de cerámica vidriosa es muy fácil dañarla, rayarla o incluso romperla durante este proceso. Es por ello que no pueden utilizarse los mismos instrumentos de limpieza que usábamos para los fogones. Si contratamos un servicio de limpieza a domicilio por horas con Domukea, nuestra vitro lucirá como nueva durante años.
Trucos para limpiar la vitrocerámica de forma sencilla, rápida y eficaz
Antes de empezar con los trucos caseros para limpiar la vitrocerámica, debes saber cuáles son los utensilios básicos de limpieza. Olvídate de los estropajos y las nanas de acero, puesto que rayarían el vidrio de las placas de cerámica. En su lugar, deberás utilizar esponjas suaves, bayetas ecológicas o paños y una rasqueta. Esta última herramienta es indispensable para el cuidado y lavado de vitrocerámicas. Es muy importante que la esponja sea suave, pues también podría dañar la superficie.
- Una vez hemos adquirido los utensilios de limpieza adecuados, deberemos proceder a un lavado inicial de la vitrocerámica con agua y jabón.
- Si aún quedan manchas adheridas, uno de los trucos caseros más extendidos para limpiar la vitrocerámica es el limón. Aplica unas gotas de su jugo sobre las manchas, déjalas actuar unos segundos y frótalas suavemente con un paño limpio o una bayeta, verás cómo desaparecen. Si son manchas muy difíciles, en lugar del paño utiliza una rasqueta.
- Otro de los trucos caseros más efectivos para limpiar la vitrocerámica es el vinagre. Disuelve un poco de vinagre en agua, aplícalo sobre las manchas y déjalo actuar durante unos segundos. Luego, con una bayeta ecológica o paño limpio, frota toda la vitrocerámica. Verás que las manchas desaparecen y que le proporciona un brillo espectacular. El vinagre es un potente abrillantador casero.
- El hielo es otro de los trucos más eficaces. Lo que debes hacer es, en caso de manchas difíciles, coger un poco de hielo, aplicarlo sobre la mancha y dejarlo unos minutos para que esta se enfríe. Luego, con una rasqueta, ráscala y verás que rápido salta.
- Si reparas la mancha nada más producirse, como por ejemplo comida que cae o un recipiente de plástico que se quema, debes actuar rápidamente para evitar que la mancha se adhiera por completo. Inmediatamente, cubre la mancha con jabón y, en cuanto se enfríe un poquito, límpiala.
- Por último, debes tener en cuenta los utensilios de cocina que utilizas, pues las ollas y sartenes que usabas para los fogones no sirven. Deben ser especiales para vitrocerámica para evitar que la pintura salte, se adhiera a la superficie o la rayen. Recuerda que no puedes utilizar productos abrasivos, como los desengrasantes, puesto que se decoloraría y rayaría la superficie.