¿Llegan las vacaciones y nos toca preparar la piscina? ¿Cómo mantener la piscina en buen estado y prepararla para el verano? Si quieres descubrir los secretos del mantenimiento del hogar, en Domukea te los revelamos.
Como siempre, algunas cosas se nos quedan para el último momento. Vamos dejándolo y dejándolo, y resulta que llegan nuestras vacaciones y la piscina de la casa de veraneo no la tenemos preparada. Si queremos aprender a mantener nuestra piscina en buen estado, tanto en invierno como en verano, debemos preocuparnos por tomar ciertas precauciones que, en caso de pasarlas por alto, pueden afectar incluso a nuestra salud. En efecto, preparar la piscina no es ningún juego y, si no lo hacemos bien, los bañistas pueden sufrir quemaduras, irritaciones e incluso intoxicaciones. Entre todas las labores en torno al mantenimiento del hogar, hoy en Domukea te explicamos cómo se prepara la piscina.
El mantenimiento de la piscina durante el invierno
Muchas personas piensan que la piscina solo es una preocupación para el verano, pero lo cierto es que, si queremos que dure en su mejor estado y realizar una limpieza y un mantenimiento menor al llegar el verano, debemos preocuparnos por ella también en invierno. A diferencia de lo que muchos creen, la piscina no debe mantenerse vacía durante mucho tiempo, ya que el sol puede deteriorar las paredes y el fondo del vaso, además de estropear y ennegrecer las juntas. Además, pueden producirse dilataciones y las presiones subterráneas pueden provocar grietas. Por ello, lo ideal es mantener la piscina llena, aunque esté tapada por una cubierta automática (la mejor opción para evitar que la suciedad se acumule en el agua y para evitar accidentes), poniéndole un tratamiento durante el invierno a través de un invernador concentrado, con el fin de evitar algas, hongos y otros focos de infecciones. Cuidado: si en invierno suele haber heladas, es conveniente colocar un objeto flotante en la piscina para evitar congelaciones.
Los niveles de cloro y PH deben ser los adecuados
Llegada la hora de la verdad, destapemos nuestra amada piscina y preparémosla para el primer chapuzón. Antes de nada, debemos saber que, para que el agua de una piscina sea saludable, los niveles de cloro y PH deben ser los adecuados. Es normal que, a raíz del tratamiento del invierno, el agua de nuestra piscina tenga unos niveles de cloro algo elevados, así que será importante dejar que éste se evapore durante unos días. A la hora de comprobar los niveles de cloro y PH, debemos disponer de los equipos adecuados para ello; de lo contrario, deberemos llevar a nuestro distribuidor de productos de piscina una muestra del agua, tan rápidamente como la cojamos, para que pueda valorarlo con medidores electrónicos, mucho más precisos que los líquidos reactivos. En caso de que midamos los niveles con líquidos reactivos, renovémoslos anualmente, ya que suelen estropearse con la luz del sol y el error puede acarrear problemas de salud a los bañistas. Uno de los indicios comunes cuando los niveles no son los adecuados es la aparición de algas en el fondo de la piscina. Si esto ocurre, consultemos con un especialista.
Comprueba el estado de la sonda medidora del PH y calíbrala si es necesario
En el caso de tener cloración salina, es imprescindible disponer de un regulador automático del PH, cuya sonda sirve para medir el agua. Antes de nada, tengamos en cuenta que estas sondas son bastante delicadas y que tenemos que realizar la labor de forma cuidadosa. Una vez nos hayamos puesto manos a la obra, debemos observar la esfera transparente que se encuentra en la punta de la sonda. Es importante que ésta esté completamente limpia, y si no lo está, debemos sumergirla en ácido durante unos segundos hasta que quede como nueva. Después, aclarémosla para que los restos de ácido no resulten peligrosos para la salud de nadie. Además de limpiarla, también debemos calibrar la sonda medidora del PH, prestando atención a su estado de salud, el cual será indicado por los dosificadores. Si éste es menor al 70%, no dudemos en cambiarla, ya que un mal estado de la sonda puede hacer que los niveles de ácido en la piscina sean demasiado elevados.
Comprobar el estado de la arena del filtro
La arena del filtro es otro de los elementos clave para preservar en buen estado nuestra piscina. Así, abramos el filtro y comprobemos que la arena está limpia. Si está muy sucia, cambiémosla por completo. Si tan solo es la capa de arriba la que está sucia, podemos retirarla y echar arena limpia por encima. Aunque parezca limpia, no está de más tocarla y removerla para comprobar que está suelta y que no se ha convertido en una plasta. ¿Qué ocurre si no cambiamos la arena del filtro con la frecuencia indicada por los especialistas? Que esa arena sucia y apelmazada hará que el circuito de agua trabaje forzosamente, lo que puede derivar en el deterioro del resto de elementos del circuito. Respecto al filtro de arena, es recomendable abrir el purgador del filtro de vez en cuando, con el fin de purgar el aire que quede en su interior. Hagámoslo con la depuradora en funcionamiento y, cuando salga más agua que aire, cerremos el purgador.
Comprobar el estado de la célula cloradora
Comprobar el estado de la célula cloradora es imprescindible en piscinas con cloración salina. Es frecuente que ésta esté llena de cal, por lo que deberemos limpiarla hasta que quede sin restos. Para ello, debemos desmontar la célula y aplicarle un limpiador específico para eliminar la cal y otros residuos de la célula cloradora. Emergerá al rato una espuma que se llevará consigo los restos de cal y grasa. Después de aclararla, es recomendable repetir el mismo proceso las veces que sean necesarias. Por último, fijémonos en los bordes de las placas y comprobemos que no están corroídas.
Fugas en el circuito de agua: cómo detectarlas
Es importante, además, asegurarse de que no existen fugas en el circuito de agua. Es normal que salga alguna burbuja producida por los gases del clorador, pero no puede haber cámaras de aire que hagan que la piscina no esté completamente llena. ¿Cómo comprobarlo? Pongámonos en un alto donde veamos la piscina desde una buena perspectiva. También podemos parar la bomba en repetidas ocasiones y comprobar si el circuito de agua se vacía. Si se vacía, debemos llamar a un especialista para que pueda buscar el origen de la fuga. No demoremos este problema, ya que la bomba podría deteriorarse en poco tiempo al trabajar en seco. La junta rotativa de la bomba, llamada cierre o sello mecánico, no puede funcionar sin agua; si esto ocurre, la bomba se estropeará en pocos minutos.
Pasos para realizar un lavado de arena
Por último, antes de que nuestra piscina esté a punto de ser usada, es necesario realizar un lavado de arena. Para ello, en primer lugar, debemos desconectar la depuradora. A continuación, situaremos la válvula selectora en modo “lavado”. Al conectar de nuevo la depuradora, atenderemos al visor transparente del tubo del desagüe: cuando veamos el agua completamente limpia, desconectaremos la depuradora de nuevo. Después, deberemos poner la válvula de la depuradora en modo “enjuague”, imprescindible para que la suciedad que se ha quedado flotando durante el lavado desaparezca y se vaya por el desagüe. Por último, pongamos la válvula en modo “filtración”.
Mantenimiento del hogar en Vizcaya: en Bilbao y Getxo
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